CRISTINA GONZÁLEZ
La actriz canaria Ruth Armas empieza poco a poco a recoger los frutos de muchos años de trabajo y de lucha. Este año comenzará el rodaje de la película Naufragio, dirigida por Pedro Aguilera, mientras espera el estreno de El mal ajeno, de Oskar Santos, donde interpreta a una enfermera. Su historia comenzó cuando se fue a Málaga con 18 años para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas, carrera que culminó. Mientras tanto compaginó esos estudios con los de Interpretación en la escuela malagueña La Sala. En 2002 regresó a su Gáldar natal y realizó monólogos a través del Ayuntamiento en los teatros. Pero en 2005 decidió dar el salto a la Península y voló a Madrid para continuar formándose como actriz en la escuela Metropolis. Seguidamente hizo un seminario con Juan Carlos Corazza, una de las escuelas más importantes, y ahora estudia dicción.
Mientras estuvo en Metropolis formó parte de un grupo que realizó la obra de teatro La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde, con el que ganaron varios premios y fue nominada a mejor actriz en el Festival de Teatro de Valdemorillo por el personaje de Gwendolen. Pero también ha hecho algunos episódicos en Hospital Central, Ris Científica y Todos a cien. Ha participado en un videoclip del grupo Amset, formó parte de la serie de Internet Pendiente de título y ha realizado varios cortometrajes.
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Ruth Armas. GUSTAVO WIJEWEERA |
- ¿En qué momento se dio cuenta de que quería ser actriz?
- Yo nunca pensé en ser actriz hasta que llegué a Málaga y fui haciendo las dos cosas a la vez (Publicidad e Interpretación). Decidí estudiar Interpretación porque en Málaga hay mucha cultura de teatro y de cine y me di cuenta que de verdad quería hacerlo, aunque en principio lo hacía como hobby. Mi madre siempre quiso ser actriz y me quería pagar la escuela de interpretación. Yo soy licenciada en Publicidad, pero no soy capaz de trabajar en ello porque no me gusta, yo me metí por fotografía y por tener una carrera. Entonces me di cuenta de que la interpretación me daba más satisfacciones que pensar que algún día iba a tener una cámara y me iba a poner a sacar fotos.
- Al final terminó dedicándose a lo que menos pensaba...
- Sí. Mi madre no pensaba que yo me lo iba a tomar en serio. Decidí ir a la interpretación por el camino de tierra, luchando. Me fui con pocos ahorros a Madrid, sin nada, sin familia, sin padrinos, a ver lo que me encontraba. Ella quería que yo ganara dinero en algo, que lo hiciera como actriz, pero es muy difícil. Cuando llegué empecé a trabajar de auxiliar administrativa a la vez que estudiaba. Trabajando y estudiando siempre. El tener una carrera te salva de muchas cosas. Me fui con base, pero con muy poco dinero. Mis padres me están ayudando muchísimo, sin ellos no hubiera podido. Yo trabajo a veces de azafata, en animación, dando clases de teatro. Alterno esos trabajos con los estudios, porque me sigo formando, pero ese dinero no me da para vivir.
- ¿Qué está estudiando ahora?
- Ahora me dedico a la dicción, el tema de la voz, de la respiración y poder cambiar el acento. Durante 2007 y 2008 me dio beca el Cabildo de Gran Canaria para estudiar interpretación. Este año la volví a pedir pero no me la otorgaron. El dinero que te dan es para los estudios pero no te cubre todo, a mí me ha cubierto algo. Para mí lo de la dicción es importante porque por mi acento en una serie no me cogieron. Lo importante es que a partir de ahí me conoció Luis San Narciso, viéndome en cortos, y fue el que me dio el primer papel para la película que hice (El mal ajeno). Es el director de castings más importante de España, es el más influyente para mí.
- ¿El acento canario sigue siendo un impedimento?
- El acento es lo peor para un actor canario. Yo soy de las que piensan que hay que trabajarlo, que hay que poder cambiarlo porque forma parte del trabajo del actor. Sí estoy un poco en contra de cambiar tu acento en tu vida personal, cambiar tu identidad. Yo de momento sólo lo hago para trabajar, pero no para mí. Nunca hay un papel para canarios en series y en películas. Todavía no nos aceptan.
- ¿Éste sigue siendo el peor problema que se encuentran?
- Es que jugamos con desventaja. Duele porque tienes que estudiar mucho. Tienes que esforzarte el doble o el triple. Primero para cambiar el acento, segundo porque vienes de las Islas y no es lo mismo que vivir en la Península. Adaptarnos allí es difícil. Los más cuesta arriba es estar en un sitio donde no tienes familia. Y después, ver que el actor canario tiene que hacer muchos más esfuerzos que un actor peninsular. Me refiero al acento pero también a la formación, porque aquí no tenemos nada. Tenemos que empezar un poco desde cero. Quitar un acento es más difícil que tener uno neutro y poderlo cambiar. En este mundo es muy difícil conseguir que te den un papel, que te hagan una prueba y si te ponen la traba del acento... Yo me lo puedo quitar a la hora de estudiar un guión y hacer un personaje, es un transformer. Pero yo, como Ruth Armas, de 28 años, no me lo puedo cambiar, porque sueño y pienso en canario, me siento a gusto hablando con mi acento, pero siempre hay palabras que se te van cambiando.
- ¿Qué le gusta más, el teatro, el cine, la televisión?
- He ido madurando, desde los 18 años quería hacer teatro, no me veía en televisión ni en cine. Con el tiempo me di cuenta de que tengo dotes para la pequeña y la gran pantalla. La televisión es otro mundo, más rápido. ¿Qué es lo que más me gusta? ¡Si yo pudiese hacer de todo! A mí me gustan los tres campos. Hay que ser actor para todo. La clave está en ensayar, en trabajar mucho, al igual que hay que ir a un casting preparado y ensayado, con los deberes hechos.
- ¿Qué planes tiene en este momento?
- En septiembre u octubre de este año se estrena la película El mal ajeno. El año pasado me llamó Luis San Narciso para hacer un papel en este film de Oskar Santos que produce Amenábar, con guión de Daniel Sánchez Arévalo. Es una película de suspense que sale Eduardo Noriega y Belén Rueda. En ella hago un papel pequeño de enfermera, pero es mi primera película y con mi acento canario. Ahora tengo previsto comenzar otra película en verano. El director es muy conocido en el Festival de Cine de Las Palmas, Pedro Aguilera. Su anterior trabajo es La influencia, que fue escogida en Cannes. Naufragio tratará sobre la inmigración y sólo hay dos papeles femeninos y uno de ellos lo haré yo. Seguramente se estrenará en 2010.
- Hacer castings es difícil. ¿Cómo se consigue llegar a ellos?
- Yo tengo una representante en Madrid que está luchando, tiene que saber moverte. Ella se encarga de mostrar el videobook y se entera de las series que empiezan a rodar. Los actores no nos enteramos ni de la mitad. Yo estuve a punto de entrar en la serie HKM como secretaria. El productor y la directora de casting querían que fuera yo pero la cadena tenía a otra persona. Siempre está la oportunidad ahí y por eso me da miedo venir a trabajar a Canarias. Creo que este año va a ir mejor la cosa. El año pasado hice tres pruebas, una para Amar en tiempos revueltos, para HKM y para Aída. Lo importante es hacer el casting. Yo sé que oportunidades como éstas volverán a salir pero tengo que estar ahí. Para Sin tetas no hay paraíso me llamaron para el casting pero estaba trabajando fuera y no pude ir. No sabía que iba a ser un éxito y en ese momento necesitaba el dinero. A lo mejor pasó mi oportunidad y yo no la vi, pero siempre pienso que tendré más oportunidades.
- ¿Le tiene miedo a la fama?
- No. Si la fama es trabajar de lo que yo quiero, que es de actriz, yo quiero la fama entonces. Lo mejor es mantenerse haciendo lo que te guste.
- ¿Prefiere más el drama o la comedia?
- Yo prefiero la comedia porque te diviertes, pero el drama va más conmigo. Yo quizás soy actriz por todo lo que siento, por los sentimientos que tengo juntos ahí, que de alguna manera me hacen ser un personaje. Hay gente que le cuesta llorar o reír, pero yo tengo un cúmulo de cosas que me ayudan a ser actriz. Cúmulos de sentimientos y emociones que las utilizas para esos momentos. No es pensar en lo que te ha pasado sino en escoger el sentimiento adecuado para el momento. Profundizar en ti mismo no es fácil. Llorar lo es, eso lo hace mi abuela, hay que saber por qué lo haces, que sea creíble, que no estés actuando. Tú puedes llorar sin lágrimas y hacerlo por dentro, lo mágico de un actor no es lo que se ve sino lo que no se ve.
- ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un actor?
- Que haya cosas que no sepas hacer, más allá del acento que es educación y del talento que se puede aprender. Que no te lleguen las cosas, que no dejes entrar y no reacciones, sino que simplemente empieces a decir texto. Tienes que sentir lo que dices. Un actor que no llega a nadie me parece lo peor del mundo, pero también es importante que haya un director detrás que te sepa dirigir.
- ¿Hubo muchos momentos que estuvo a punto de tirar la toalla?
- Me he venido abajo dos veces, de dejarlo todo. Finalmente fueron saliendo cortos, series, cosas que hicieron que me quedara y que mis padres me siguieran apoyando. Yo me considero actriz, no es que quiera serlo, pero no soy famosa. A mí hay algo que me dice que sirvo para esto, a pesar del acento, de la distancia y de que no tengo beca. Lo importante es insistir. Lo del Cabildo me ha fastidiado mucho, me dieron la beca dos años seguido pero este año no. No estoy en contra de ellos porque me la han dado cuando la he necesitado pero este año han puesto muchas trabas. Cuando triunfas fuera te reciben después con una alfombra roja. Los políticos quieren tener actores canarios que triunfan, pero necesitamos más ayuda. Aunque no me den dinero seguiré luchando. Me fastidia por un lado, pero mis padres son mis pilares.
Fuente: laprovincia.es |
