RUBÉN REJA - LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.
Irma Correa, dramaturga y actriz, reconoce en esta entrevista las dificultades que atraviesa su gremio debido a la escasez de ayudas. Asegura que el teatro seguirá vivo, ya que "siempre habrá una historia que contar".
-Desde su doble posición de escritora y actriz ¿qué es más fácil, interpretar o escribir?
- Ambas cosas y ninguna. Cuando amas hacer algo no te cuesta trabajo. Y yo amo hacer las dos cosas.
- ¿Qué le ha dado 'Desde lo invisible', que indaga en la vida y en las barreras sociales que sufren los discapacitados?
- Me ha dado tanta alegría. Disfruté muchísimo durante el proceso de creación. Fue precioso, hondo, intenso, muy gratificante. Después, cuando se empezaron a hacer funciones de la obra, ver que a la gente le gustaba, que acercábamos el mundo de los discapacitados intelectuales a todo aquel que le interesaba, que habíamos derribado una barrera. Eso te da mucha alegría. Y luego el Premio Max. Eso tuvo varias fases de festejo. Primero el día que nos dijeron que estábamos nominados, después el día de la fiesta que hacen en Madrid para todos los nominados, que nos lo pasamos de miedo, y finalmente el día que nos dieron el premio. Yo pegué un salto cuando lo escuché y estuve llorando de emoción unos minutos largos. |
Irma Correa. QUESADA |
- ¿Y qué le ha quitado?
- Me ha quitado el tener prisa. Prisa por hacer, prisa por querer algo y quererlo ya. A veces estamos metidos en un ritmo de vida que nos deja poco espacio para la conciencia real de lo que está pasando a tu alrededor. Con Desde lo Invisible me reencontré con ese "tempo" que ellos tienen, que es del aquí y ahora, sin cargas del antes y el después. Me colocó de nuevo en mi centro.
- ¿Habrá continuación a esta obra en la que hay un pedazo de su vida?
- Hay pedazos de mi vida, claro. Mi modelo fue mi hermano Javi, que es una persona que sabe tanto de tantas cosas, de lo que le eches, música, cine, teatro, fútbol, (en realidad cualquier deporte. Y también todos esos chicos con los que trabajamos en un centro Ande de Madrid. Creo que uno tiene que escribir de lo que tiene a su alrededor. A mí me lo dijo Luis Landero, a quien tuve el privilegio de tener de profesor: "El escritor ha de saber cuál es su mundo propio. Qué es lo que yo y sólo yo podría contar. Cuál es mi manantial". Es una especie de mantra con el que ya voy a todas partes. Habla de lo que sabes y hablarás del mundo.
- ¿Cuál es el apoyo que recibe el gremio al que pertenece desde las administraciones?
- Poco o ninguno. Y es una pena, con la cantidad de cosas que hay que decir. Pero desgraciadamente a los dramaturgos no nos lo ponen nada fácil. No hay ayudas a la creación (cosa que los guionistas de cine sí tienen, y con unos presupuestos increíbles), y los premios son muy escasos y las normas de participación muy ridículas. Por ejemplo, en la mayoría de los concursos de dramaturgia no te permiten presentar una obra que ya haya sido estrenada o que haya sido premiada en otro sitio. El actor puede ser premiado en muchos sitios, también una obra de teatro, una escenografía, un director. Pero el texto, lo que es el texto, es el "texto premiado en no sé dónde" y punto. Y entonces, ¿nosotros de qué comemos, señores?
- ¿También sufre la crisis el mundo del teatro?
- Esta palabra se ha venido usando desde que el teatro es teatro, y también en otros ámbitos culturales. La pregunta es la misma que se hacen los argentinos y que me hace mucha gracia, ¿pero cuándo no hemos estado en crisis? A mí en realidad esa palabra no me gusta, porque es peyorativa, indica que vamos mal, cuando en mi opinión el teatro siempre goza de buena salud porque las personas estamos ávidas de que nos cuenten historias. Por eso el teatro no morirá hasta que la última persona del mundo necesite escuchar una historia.
- ¿Qué proyectos tiene ahora en en cartera y para cuando una nueva producción?
- Acabo de estrenar mi último texto en Pamplona, titulado Zapatos, que espero poder traer algún día aquí, al igual que otra obra que está funcionando por la península que se llama El Tiempo de Bernardo P. Asimismo, ahora estoy totalmente enfrascada en dos textos que probablemente verán la luz en el 2009. A ver si algún alma caritativa (dícese instituciones), me ayuda para poder montar uno de ellos que quiero dirigir. Mi sueño sería montarlo y estrenarlo en Canarias. Se admiten sugerencias.
Fuente: laprovincia.es |
