Lila García (28 de octubre, 1932)

Para conocer a una persona sólo hay que mirarle a la cara.

Para descubrir a Lila García no es necesario indagar demasiado por que a simple vista su mirada nos delata la bondad de la que es poseedora, intuyo, como regalo divino.

De fuerte convicción religiosa, Lila, ha basado su vida en el pilar del cristianismo y desde esta perspectiva se ha entregado a los demás canalizando su compromiso social a través de la iglesia y de sus obras.

Nacida en 1932, creció huérfana de padre pues José García (que procedía de Guatiza) perdió la vida al hundirse, cerca de Nueva York, el barco en el que trabajaba y cual fatal paradoja del destino antes de salir había prometido a su esposa, Dolores Delgado Gopar, que este sería su último viaje pues pensaba dejar el trabajo en la mar.

Con las limitaciones de una isla sumida en la posguerra estudió el bachillerato que posteriormente aprovecharía para dar clases particulares en verano e incluso hacer de maestra sustituta en alguna ocasión.

Lila creció al abrigo del amor de su familia y recuerda la aventura de viajar los veranos a Las Palmas donde vivían sus abuelos paternos. También era receptora del cariño de los vecinos que acudían a la tienda que su madre tenía con los padres de Fisita.

En la década de los 40 vino a vivir a su casa Doña María y Don Antonio el recaudador de cuyas hijas se contagio el arte del teatro. Con doce años empezó a escribir y representar obritas en casa de Domingo Batista con Juanela, Lina Ferrer y Margarita Batista previa convocatoria a los vecinos que abonaban una entrada de un real.

Pero su referencia en el arte del teatro fue la maestra Doña Paquita Pérez en la escuela de entonces donde hoy está el actual ayuntamiento.

El elenco estaba formado además por Ángela Rodríguez, Mari Luz, Nena y Laura Cedrés, Lita García, Carmen Rodríguez, Juana Cabrera (Juanela), María Dolores, Nena Valiente, Juanita Ferrer, Olga Borges, Juanita y Marita Delgado y Mariquita González entre otras.

Representaban, en el Casino de Tías, las obras permitidas por el régimen de la Galería Salesiana: La herencia del tío José, Tres eran tres, la tía Urraca se muere, etc. y la entrada se destinaba a obras de beneficencia de la parroquia.
Cuando en los años 50 destinan a la maestra a otro pueblo, ella toma el testigo ampliando las actuaciones a otros pueblo e incluyendo canciones como La segadora, La vendedora de flores, etc.

Así fue como surgió el Grupo La Diversión que hoy lleva su nombre.

En el recuerdo queda esa primera actuación en Mácher sobre un “reluciente” escenario hecho con cajillas de tomates cedidas por don Pacho Cabrera.

Lila creció teniendo como referente su fe en Dios y la dedicación a los demás a través de sus actividades en la iglesia.

Contrajo matrimonio con José Hernández del que nacieron sus hijos José Francisco, Lidia, Mari Lola, Pablo, Ángel y Antonio.

Ahora disfruta con los nietos y la familia que... por suerte somos todos por que siempre saca tiempo para visitar y dar ánimo al que está pasando un mal trago...

Una palabra amable, un gesto de bondad, un abrazo... cuanto cuesta a veces y cuanto soluciona... ¿Verdad Lila?.

Esta es su vida: Una vida sencilla y plena pero con un compromiso firme en el prójimo.

Cuando una persona es poseedora de unos valores y los cultiva... el tiempo le devuelve buena cosecha.

Por esa vida dedicada a los demás El Pavón en su Décimo Primer Encuentro de Música Popular Reconoce Públicamente la labor de Lila García.

XI Encuentro de Música Popular “El Pavón”
Homenaje a Lila García
Junio 2007